Viaje en yate alquilado por el Canal du Midi (II): un tesoro histórico y paisajístico en Francia. La experiencia personal (1).

Un viaje increíble por el Canal du Midi de Francia. La primera vez que escuché hablar de la posibilidad de alquilar un yate en el sur de Francia para navegar…...

Un viaje increíble por el Canal du Midi de Francia.

La primera vez que escuché hablar de la posibilidad de alquilar un yate en el sur de Francia para navegar por el Canal du Midi que se trataría de una opción de alto precio, difícil de organizar…En fin, que no iba a tener buen final. Pero, gran error.

Tuvimos conocimiento por Internet de una empresa y comenzamos a hablar con ellos sobre el presupuesto.

Íbamos a viajar cinco personas. Intentamos alquilar un yate para los cinco sólo, pero no tenían disponibles. Estaba todo alquilado. Tuvimos que aceptar uno más grande.

Mucho mejor. Nuestra elección de viaje fue el Canal du Midi, desde Port-Cassafières hasta Castelnaudary. Solamente ida (se puede ir o ir y volver). Un viaje con mucho trasfondo de vino.

Viajar por los canales de Francia no es difícil, incluso para los que no tienen hábito de navegar e, inclusive, para los que nunca lo hicieron.

Para conseguir un yate, además del dinero, necesitas un carnet de patrón fluvial en Francia. Pero, eso no es problema. La propia empresa da una clase de preparación. Más tarde (media hora después) ya tienes el carnet (tras un suave examen) y te encuentras navegando por Francia como todo un experto (la verdad, casi).

Si llegas a la base en coche y sólo vas a hacer un trayecto de ida, puedes pedir a la empresa que te lleven el coche al punto final de tu viaje. El modelo de yate que escogimos fue uno de 13,5 metros. Muy grande, pero muy simple de manejar -después de unos kilómetros- y muy confortable.

En la base de Port-Cassafières se puede se comer antes de coger el yate en el restaurante del puerto.

Después de comenzar la navegación, más o menos a dos kilómetros de la base, tenemos la primera esclusa. Pasa como con todo la primera vez. Difícil, difícil pero no imposible.

Algunos golpes del barco contra el muro del canal (creía que iba a tener que devolver el yate a la empresa si el vigilante de la esclusa me veía). Nada importante.

Hay una cosa importante a la hora de contratar. Se puede pagar 1500€ de fianza o contratar un seguro contra todo riesgo por 195€ a la semana. Mucho mejor el seguro que pagar por la fianza. Con los posibles problemas (que tienen todas las personas al principio, pequeños pero con alto coste) es mucho mejor el seguro.

Comenzamos la navegación por la gran carretera acuática del sur de Francia.

Nuestro viaje acaba en Castelnaudary, en una bella laguna, en una ciudad de origen medieval. Con monumentos interesantes del gótico. El paisaje va cambiando desde el Mar Mediterráneo hacia el interior. Siempre a la izquierda tenemos lo que se llama pie del Pirineo y a la derecha los campos con agricultura extensiva, inicialmente.

Después comienza a cambiar la visión. Los árboles bordean y acompañan el canal en los casi 160 kms. de recorrido. Es muy bonito, pero en su origen no era cosa de belleza, fue una protección frente a los vientos y la lluvia para los navegantes y un refuerzo para la estructura del canal. Y, en el verano, una protección contra el sol.

Es impresionante. Es una gigantesca carretera verde donde ahora no solamente viajan los barcos de mercancías, como originalmente. Ahora tiene un tránsito de yates turistas muy grande. Un muy buen ambiente de educación, buenas maneras, respeto a la naturaleza y a las tradiciones del país.

Uno de los puntos más difíciles de la navegación es al llegar a Béziers. Ahí tienes seis esclusas juntas. Pero, ahí tienes una gran cantidad de personas (franceses que están visitando a pie) que ayudan a los yates con los cabos. Los franceses en esa parte del país son gente muy abierta y educada.

Puente viejo de Béziers con la catedral arriba..

Béziers es una ciudad grande, comparando con la mayor parte de las que vamos a visitar. Los monumentos importantes son el Canal, la Catedral y el Puente Viejo.

Seguimos navegando tranquilamente y llegamos al primer puerto: Colombières. Un «petit village» con una vida comercial hecha del puerto y del canal. En esta pequeña ciudad tenemos la posibilidad de comprar los primeros alimentos. Las frutas y verduras muy buenas (casi todas españolas) y los embutidos de la tierra, así como los patés muy, muy buenos. Maravilla.

El precio también muy bueno. Sobre todo considerando que estamos en una vía turística. ¡Ah! No hay que olvidar comprar pan. Auténtico pan francés (estamos en Francia y tienen casi tantos tipos de pan como de vino, y también todos buenos).

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