Viajar por Marruecos en coche.

El post anterior era «Viajar a Marruecos en coche«. Ahora cambiamos el «a» por el «por». Este post va más de lo que hay, al viajar por las carreteras de…...

El post anterior era «Viajar a Marruecos en coche«. Ahora cambiamos el «a» por el «por». Este post va más de lo que hay, al viajar por las carreteras de Marruecos.

Desde nuestra salida del barco en el puerto de Tánger Med observamos que las carreteras están razonablemente bien. Las autopistas de peaje están en perfecto estado. Casi diría (con un poco de envidia y vergüenza) que están mejor que las nuestras.

Cierto es que hay algunos problemillas de seguridad que no han terminado de resolver, pero que a penas afectan a la circulación.

Las calles en las ciudades sorprenden por el buen estado también. Por encima de todas destaca Rabat, con amplísimas avenidas, con el firme perfecto, la señalización muy bien en cuanto al estado (no olvidemos que está al borde del Océano Atlántico, con la corrosión que comporta) aunque -como en el resto del país- con algunas lagunas.

Las carreteras secundarias que hemos tomado para algunas de nuestras excursiones o trayectos se encontraban también en buen estado. No muy diferentes a las españolas.

Al circular por las autopistas, te encontrarás más radares -incluso- que en España. Muchísimos. Si el radar te pilla, te paran y te cobran en el acto. Si vas por carreteras secundarias, no pasas más de 25 kilómetros sin que te encuentres un control de policía. En esos controles tienes que disminuir la velocidad hasta parar delante del policía de turno que -normalmente- sólo te dirá que sigas. De los muchísimos controles que hemos pasado, en ninguno nos han parado a ninguno de los vehículos que viajábamos juntos.

Veamos ahora cómo se conduce por las vías de Marruecos. A primera vista es una auténtica locura. Después -ya sabes- «donde fueres, haz lo que vieres». La percepción de absoluta locura no cambia, pero te adaptas. Hay mucho caos, pero no ves nunca un accidente. Ves muchas discusiones, pero no colisiones.

Un de las cosas que más llama la atención es el hecho de que hay pocos semáforos, pero no hacen mucho caso de ellos.

Pero, lo que se lleva la palma es el manejo en las rotondas. En Marruecos hay dos tipos de rotondas: la tradicional, en la que el que circula por la rotonda tiene la prioridad y, la de tipo holandés, en la que hay que ceder el paso por parte del que circula por la rotonda al que accede a ella. El problema es que cuando llegas no sabes de qué tipo es porque no te lo indica. Así, si ves a vehículos parados en medio de la rotonda mientras pasan los que llegan por los accesos, la rotonda es tipo holandés. Por el contrario, si ves que esperan en los accesos es que es de tipo tradicional. Lo dicho, donde fueres…

En lo que se refiere a la forma de conducir en autopista, lo que he visto es que la gente es bastante prudente. Se circula con fluidez y relativamente rápido. En general, con bastante respeto a las distancias de seguridad.

El tráfico en ciudades cambia mucho de unas a otras. La más anárquica es Marraquech, porque es donde más motocarros, motos, carros con caballos, con burros y sin burros (con tracción humana), y con más trasiego de personas por la calle.

La más tranquila, Rabat. La más parecida a Europa, Casablanca. La más loca Marraquech

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