Para algunos puede parecer un poco locura, pero esto ya lo hice hace 30 años y no tuve ningún problema. Ahora, pasado ese tiempo, nos apetecía repetir el mismo viaje en familia. Así que, para algunos, hemos vuelto a cometer la misma locura.
No lo fue entonces, siendo un país mucho más lejos de nosotros en las infraestructuras, en la costumbre de recibir turistas, en fin en todo. Mucho más salvaje y mucho más aventura, entonces. Pero, ahora, con todas las mejoras, no deja de ser un viaje emocionante.

Lo primero de lo que deberíamos hablar es de la travesía del Estrecho de Gibraltar en barco (sin desmerecer el viaje desde Madrid a Algeciras), desde un punto de vista paisajístico y lúdico, por poner un calificativo. A medio camino está Despeñaperros, con un establecimiento que vale la pena conocer: Casa Pepe.

Cuando contratas la travesía, teniendo en cuenta que viajas en coche, debes sacar el billete para el coche y para todas y cada una de las personas que viajan. Debes llegar al puerto de Algeciras con tu justificante de cada cosa, bien impreso, bien en la pantalla de tu móvil, para mostrarlo al ingresar al puerto.

Es recomendable llegar al puerto con una antelación aproximada de 90 minutos (o si lo prefieres, una hora y media). Al ingresar al área de embarque te sorprenderás de las veces que te piden los justificantes en varios controles internos del puerto, hasta que llegas al parking de espera. Ahí te pasas la hora y media que te piden que tengas de antelación en tu llegada, respecto de la hora de salida del barco.

Después de eso, pasas a otra zona -ya frente al barco- donde te pasas otra hora. Ahí esperas a que salgan del barco los que vienen de África. Es decir, te pasas esa otra hora. Es cuando te anuncian que el barco lleva un retraso -casualmente- de una hora. Según un viajero que se decía habitual, es lo que suele pasar.

Entras al barco con tu vehículo y te van dirigiendo hasta que lo aparcas donde te indican. Sales del vehículo y subes desde las bodegas de carga hasta una de las cubiertas (plantas para los profanos en esto de la navegación) donde te espera personal del barco para indicarte que prepares documentación.

Para los viajeros, el pasaporte. Para los vehículos, la documentación completa, que debe incluir el permiso de circulación y la llamada carta verde del seguro. Tras la formalización del vehículo, te dan un papelito del tamaño de una tarjeta de visita que debes tener disponible en todo momento por si te lo pide la policía. A mí no me lo han pedido en ningún momento. Nunca nos han parado.

Si eres el responsable del seguro tendrás que hacer dos colas: la de la formalización del pasaporte y la de la formalización del vehículo. Mientras todo eso pasa, el barco va comenzando a navegar. Comienzas a notar un leve movimiento bajo tus pies.

Estamos navegando. La verdad es que lo que te pide el cuerpo es salir a la parte exterior de la cubierta para ver la maniobra. Hay que decir que, en nuestro caso, no funcionaba el aire acondicionado mientras hacíamos todo el papeleo. Era insoportable. Cientos de personas en un barco sin ventilación activa, con una atmósfera muy caliente por la entrada de vehículos. Realmente, las personas con problemas de salud podrían haber tenido algún problema (que posiblemente hubo y no los vi). No entiendo muy bien por qué motivo la naviera no soluciona ese problema en ese barco (en el barco de vuelta el aire acondicionado funcionaba desde el primer momento).

Estamos navegando. La verdad es que lo que te pide el cuerpo es salir a la parte exterior de la cubierta para ver la maniobra. Hay que decir que, en nuestro caso, no funcionaba el aire acondicionado mientras hacíamos todo el papeleo. Era insoportable. Cientos de personas en un barco sin ventilación activa, con una atmósfera muy caliente por la entrada de vehículos. Realmente, las personas con problemas de salud podrían haber tenido algún problema (que posiblemente hubo y no los vi). No entiendo muy bien por qué motivo la naviera no soluciona ese problema en ese barco (en el barco de vuelta el aire acondicionado funcionaba desde el primer momento).

En nuestro caso, elegimos la travesía de Algeciras a Tánger Med (que no Tánger) con la naviera Balearia. Hay quien nos ha comentado que es mejor la travesía Tarifa-Tánger, por ser más rápida y directa. No puedo decir nada porque sólo he hecho ésta (en otra ocasión he hecho Algeciras-Ceuta, sin ningún problema, pero ahora era más recomendable por Tánger por los problemas en la aduana de Ceuta con Marruecos).

Una vez comienza la travesía, comienza a funcionar el aire acondicionado, pero, lo que te apetece es estar al aire, contemplando el mar. Muy relajante.

Hemos tenido la suerte de que el mar estaba como una balsa de aceite. Sin una ola. La atmósfera, limpia totalmente, lo que permitía ver con nitidez el tráfico en el estrecho.

Luego llegas a Tánger Med (que no es Tánger, de nuevo). Es el macro puerto de personas y -sobre todo- de mercancías que ha construido Marruecos con el fin de atraer el tráfico a su lado del estrecho.

Es un mega-puerto que está compitiendo con Algeciras, hasta el punto de haber quitado al puerto español mucho de su movimiento. Es la primera sorpresa que uno se lleva al pisar África. Esto no es lo que te esperas.

Te sorprendes al contemplar una obra de tal calibre de un país que se supone que no está avanzado y al que hay que ayudar…

Para llegar a nuestro primer destino, debemos hacer un trayecto de una hora -aproximadamente- hasta llegar a Tánger, por una autopista de peaje en perfecto estado (segunda sorpresa en el mismo sentido).

Los sistemas de navegación funcionan perfectamente y llegamos a nuestro destino en el plazo previsto:
Tánger.

Para el trayecto de vuelta (que también hicimos desde Tánger Med Algeciras) pasamos los múltiples controles de billetes y tuvimos la mala suerte de que nos tocase una inspección especial de nuestro vehículo: el scanner. Eso nos tuvo entretenidos o, más bien desesperados, más de una hora. Prácticamente, pudimos acceder al barco al límite del horario.

Pero, de vuelta a España no tuvimos que hacer absolutamente nada de papeleo. Nada. Y no tuvimos ningún registro (aunque observamos a vehículos detenidos siendo inspeccionados).
El barco de vuelta era mucho más moderno y mejor que el de ida. Una diferencia sustancial en todos los aspectos. La travesía tranquila también respecto a la mar.
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