Archiconocida por su cocido madrileño, junto con otros ilustres restaurantes de Madrid, hoy quiero hacer una reseña de la Daniela ubicada en la calle General Pardiñas 24.

Un local tradicional y castizo. Tremendamente madrileño.

Pero no vamos a hablar de cocido. Comer en la barra de la Daniela me ha parecido siempre un placer, dejando a un lado el hecho de que siempre está lleno, lo cual a veces supone una espera que, en la mayoría de los casos compensa. Una barra bien surtida de tapas y raciones.

Una de las cosas que siempre recomiendo es un plato de jamón ibérico. En la Daniela lo tienen muy bueno y lo cortan bien y me gusta mucho acompañarlo de un tinto de la Ribera del Duero de la casa (Fuentenarro).

Mientras esperas siempre te ofrecen una tapa. Por lo general, suelo aceptar la «ropa vieja«, que está siempre buenísima. Tras la ropa vieja y el jamón, pasamos a cosas más consistentes. Si es un día frío un caldito entra muy bien, tanto si es un consomé como si es un caldo de cocido. En ambos casos están muy bien.
Como estos señores hacen un cocido muy rico, todos sus derivados también lo están. Así que también están para chuparse los dedos las croquetas de cocido. Grandes, generosas, bien fritas, con un rebozado fino y sin grietas y una bechamel no demasiado líquida ni demasiado seca. Muy bien.

Las morcillas de arroz (de Burgos, claro) son de las mejores que te puedes comer por el barrio de Salamanca.

Después tenemos los canapés. Para chuparse los dedos. Me gustan especialmente el de foie y el de secreto ibérico. Pero tienes un montón más…

Finalmente, de postre, os recomiendo las «milhojas«. Exquisitas.

Me gusta mucho este sitio y es especialmente amable y gran profesional la camarera Lola, a la que mando desde aquí un afectuoso saludo. Un encanto.
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