Esta palabra evoca en mi mente un universo de sabores y aromas. Así de cursi o redicho podría empezar el post y seguir. Pero, yo soy menos lírico. Este invento que consiste en convertir en buffet una churrascaría es todo un acierto.
Los rodizios aparecen o nacen cuando el sistema de restaurante buffet se extiende de manera total en Brasil y las churrascarías comienzan a tener que dar respuesta a la nueva tendencia de comer carne en los buffets libres.
En un rodizio tienes el buffet de restaurante como en todas partes y le añaden un buffet de carne recién hecha, que te la van presentando con «espetos» (espadones con las piezas de carne ensartadas) en la mesa.

De manera que tú pasas por el expositor del buffet -primero- y te llevas los complementos que quieres para la carne, dícese ensaladas, menestras, guarniciones, etc. y te sientas. A continuación comienzan a pasar camareros por tu mesa mostrándote todos los cortes disponibles de carne y embutidos que tienen.

Eliges la pieza y el trozo que te gusta. Te lo cortan en el acto y, con unas pinzas que, bien coges tú en la zona de cubiertos o bien te sirven, coges el corte. El camarero se va y, al poco, viene otro ofreciéndote otro corte. Los camareros con los cortes van rotando, característica que tiene que ver con el nombre: rodizio (rotación).

Tienes en la mesa unas tarjetas que le indican al camarero que llega si quieres seguir comiendo o has parado. Suelen ser verde y roja, como los semáforos.
Este que os mostramos es uno que hay en Curitiba, a la entrada yendo desde Joinville. Es un establecimiento de calidad y precio medios, aunque la carne como en todas partes en Brasil es de calidad extra. La comida de dos personas incluida bebida 17,70€. De escándalo.
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