En la calle Santa Engracia 109, Chamberí, se sitúa este restaurante de cocina cajún. Sí esa de Luisiana pero que es diferente de la cocina criolla.

Hemos ido porque nos habían dicho que estaba muy bien (personas en las que se puede confiar gastronómicamente hablando). Y no nos ha decepcionado. Más bien, muy al contrario.
El nombre no me sugiere nada a este lado del Mississippi, pero, bien pensado, tampoco es necesario. Cuando llegas te encuentras un local agradable, no muy grande y donde te reciben con mucha simpatía.
El servicio es rápido y te informan bien sobre cada uno de los platos que vas a ingerir, dado que la mayor parte de la gente que vamos por primera vez, no hemos degustado la cocina cajún.

Empezamos con unos tomates verdes fritos (que, en cierto sentido, emulan la famosa película). Parece mentira que, con lo cerca que tenemos los tomates en España, no se nos haya ocurrido a nadie cocinarlos de esa manera.
Son rodajas de cierto grosor (1 a 1,5 cm) rebozadas con un rebozado muy rico. Tienen un sabor ligeramente ácido, casi sabor a mostaza, pero muy suave.

Seguimos con unas croquetas de cocodrilo. Debo reconocer que íbamos buscando la sorpresa. Y la encontramos. Realmente muy buenas. No sé si el cocodrilo era del Mississippi o alrededores o de otro confín del mundo, pero estas croquetas estaban realmente buenas. Es de esas cosas que cuando te lo comes, lo haces tuyo. No parece para nada un sabor raro y exótico. Podría ser perfectamente del Manzanares.

Después, otra exquisitez exótica. Los cangrejos de cáscara blanda fritos rebozados. A mí, de entre los muchos mariscos que hay por el mundo, el cangrejo a secas, no es de los que me vuelve loco (cuando lleva más en el nombre, como centollo, cangrejo real, buey de mar, me gusta mucho). Este cangrejo tiene una textura agradable, un sabor potente a marisco y se traga muy bien, no hay que pelarlo para llegar a la carne. Me ha gustado.

Pasamos a otras cosas de más peso: el plato siguiente ha sido el gumbo. Un guiso tipo de carne en salsa que lleva, además, otros muchos y variado ingredientes. Dícese gambas, chorizo y una verdura exótica (cuyo nombre no acierto a recordar de momento), típica de Luisiana. Se acompaña de arroz blanco cocido.

Finalmente, antes del postre, comimos unas brochetas de carne de vacuno acompañadas de una patatas muy especiales y una salsa tipo barbacoa sureña.
El postre un brownie muy boueno.
De precio, muy bien. En torno a los 25€ con bebidas. Un sitio muy recomendable.
0 comentarios