Aunque no haga falta, siempre hay un motivo para visitar La Manga. Es un entorno natural único en Europa, con una oferta de servicios muy variada y de muy alta calidad. Al nivel de los mejores de España.
Cierto es que no es una zona barata, pero también es cierto que, aunque hay mucho turismo, el nivel es más alto que en otras zonas de España más masificadas.
A pesar de las polémicas que suscita la conservación del Mar Menor, lo cierto es que este verano, esta laguna salada se encontraba en perfectas condiciones en la mayor parte de las zonas de playa. Sin problemas de contaminación y con las aguas perfectamente limpias. Las arenas de las playas puntualmente limpias todas las mañanas y en perfecto estado. Una gozada.
El Mar Menor -algo desconocido para la mayoría- es un antiquísimo y gigantesco cráter volcánico que, tras su extinción hace millones de años, fue inundado por el agua del Mar Mediterráneo, del que le separa actualmente un brazo de tierra que conocemos como La Manga del Mar Menor.
A lo largo de este brazo de tierra con playas a los dos lados, transcurre un conjunto de edificaciones residenciales y de servicios ejecutadas con mayor o menor acierto (dependiendo de la época) que se reparten -muy a pesar de los residentes- entre los términos municipales de Cartagena y San Javier. Es decir, La Manga nunca ha conseguido -por más iniciativas que haya habido- tener entidad municipal propia. Una pena.
Aun así, ha progresado mucho en los últimos años y tanto en el urbanismo como en la limpieza y la circulación las mejoras son ostensibles para los que conocemos La Manga desde los años 70.
Hoy, a parte de sus preciosas y extensas playas (28 kms), donde no sentirás nunca la aglomeración, por más que haya en verano más de 300.000 personas, hay una importante oferta gastronómica y de ocio que hará la delicia de los visitantes.
A todo esto debemos añadir Cabo de Palos. Un pequeño pueblo pesquero en su origen (hoy todavía) que ha evolucionado para ser un centro de la gastronomía regional, con una oferta de ocio nocturno notable y unas calas dignas de la mejor calificación. Además, cuenta frente a sus costas con una de las más importantes reservas marinas del Mediterráneo (las Islas Hormigas), lo cual ha propiciado una gran actividad submarinista.
Dentro de este entorno, tenemos también uno de los mejores y más exclusivos resorts de Europa: La Manga Club. Con uno de los conjuntos de campos de golf de mayor extensión de España y unas instalaciones deportivas que frecuentan grandes clubes de fútbol europeos en pretemporada.
Un espacio del más alto lujo, tanto como urbanización como en la oferta hotelera, entre otras cosas con un hotel 5 estrellas Gran Lujo, uno de los mejores chiringuitos de playa que hay en este país y una de las zonas residenciales más exclusivas de España.
Mucho que ver, mucho que disfrutar. Mucho que comer.
El Mar Menor es un paraíso gastronómico que tiene en el pescado y el marisco algunas de sus delicias más aclamadas. Los langostinos del Mar Menor, las doradas y otros pescados del mismo tipo son especialmente sabrosos por la alta salinidad que tiene el Mar Menor. Pero, entre todo esto resalta el «caldero«, el arroz típico de la comarca. Se caracteriza por realizarse en un caldero de hierro fundido, como antiguamente. Con un fondo de caldo de pesado de roca, mújol, dorada, etc.
El primer plato es el arroz servido sólo sin el pescado y acompañado de alioli (all i oli, para los valencianos) que, de forma coloquial y abreviada en Murcia se llama «ajo» a secas. Se trata de un arroz meloso, ligeramente caldoso y de fuerte sabor y aroma a pescado.
El segundo plato (esto es, cuando se habla de un caldero completo) es el pescado que se come también con alioli.
En torno al litoral del Mar Menor hay muchos sitios donde lo hacen y sirven de maravilla. Alguno de estos establecimientos son el Restaurante La Tana, el Restaurante Miramar, el Restaurante la Bocana (los tres en el Cabo de Palos, junto al puerto), el Restaurante Ramón en los Alcázares o Maloca en La Manga, en la zona conocida como el antiguo ZM-101.
Fue en Maloca donde tuvimos el placer de poder comernos el caldero junto a unos amigos. También pudimos comernos un pulpo a la brasa exquisito. Hay muchos motivos para comer en Maloca, pero uno importante es que comes junto al Mar Menor, a pie de playa. Después si te apetece tomar una copa y hacer tardeo, tienen una zona de copas de lo más agradable.
Así como también debo decir que cenamos una noche una excelente fritura de pescado y una mariscada difícilmente superable en el Restaurante Miramar de Cabo de Palos, al borde de la bocana del puerto. El servicio muy bueno también.
He de nombrar del mismo modo el Restaurante Ramón en los Alcázares, donde comimos -entre otras cosas- un arroz y bogavante soberbio. Como pocos. Y sus famosas huevas a la plancha.
En mi corta estancia, debo señalar otros establecimientos recomendables, pero hay uno que me gusta en especial para cenar: La Mestiza. No es sólo un restaurante, es un complejo que incluye un estupendo restaurante con terraza que da al mar en la playa del Ciervo, desde el que ver unas puestas de sol impresionantes. Una cosa especial es que por su ubicación y orientación, sólo en las playas de La Manga (junto con alguna otra de Huelva o Galicia) que dan al lado del Mar Menor se puede ver una puesta de sol sobre el mar. En este caso es única en el Mediterráneo, por la orientación y posición del sol sobre el Mar Menor al atardecer.
La cocina es variada, con muy buenos arroces y un ceviche espectacular (no es que sea muy de allí, pero está muy bueno). El servicio es realmente bueno y, al final, recomiendo pasar a la zona de copas, donde te puedes tomar un mojito espectacular.
Finalmente, si quieres tomarte un aperitivo que incluya los famosos langostinos del Mar Menor, te recomiendo el Restaurante Los Caballos en la plaza del Hotel Cavanna en La Manga.
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