
El Monasterio de Piedra, ubicado junto al río Piedra en la localidad de Nuévalos, en la comarca de Calatayud, Zaragoza, es uno de los lugares más icónicos de Aragón.

Este enclave combina un valioso patrimonio histórico y arquitectónico con un entorno natural de espectacular belleza, siendo un destino que cautiva tanto a amantes de la historia como a quienes buscan disfrutar de la naturaleza.

Historia del Monasterio
El Monasterio de Piedra fue fundado en 1194 por monjes cistercienses en el antiguo castillo de Piedra Vieja. Su construcción culminó en el siglo XIII, y desde entonces, se consolidó como un importante centro espiritual y de vida monástica.

Con el paso del tiempo, la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX marcó el fin de la actividad religiosa del monasterio. Fue en ese periodo cuando se abrió al público y se convirtió en un referente turístico gracias a su extraordinario parque natural.

La Arquitectura del Monasterio
El edificio, de estilo románico y gótico, cuenta con espacios emblemáticos como:
- La iglesia, de una elegancia sobria y líneas austeras, propia del estilo cisterciense.
- El claustro, un lugar lleno de calma donde los monjes meditaban y caminaban.
- La Sala Capitular, donde se tomaban decisiones importantes de la comunidad.
- El refectorio y la cocina monacal, que ofrecen un vistazo a la vida cotidiana de los monjes.






Además de su función religiosa, el monasterio está vinculado a la cultura gastronómica: aquí, se elaboró por primera vez el chocolate a la taza en Europa, un legado importante de la orden cisterciense.





El Parque Natural: una joya paisajística
El parque que rodea el Monasterio de Piedra es, sin duda, el mayor atractivo del lugar. Este entorno, modelado por el río Piedra, es un oasis donde cascadas, grutas y senderos crean un espectáculo visual único.
Entre los puntos más destacados se encuentran:

- La Cascada Cola de Caballo, de 50 metros de altura, que desemboca en una gruta conocida como «Cueva Iris».

- Lago del Espejo, un rincón que refleja los alrededores de manera mágica.


- La Gruta de los Hurones, una cueva que fascina por su formación natural.


- El Vergel, un conjunto de saltos de agua y pozas cristalinas rodeado de vegetación exuberante.

Los caminos están bien señalizados y permiten recorrer el parque mientras se disfruta de un paisaje cambiante a lo largo del año, con colores que varían desde los verdes intensos de la primavera hasta los ocres del otoño.


La Experiencia Actual
El Monasterio de Piedra ofrece actividades para todos los gustos. Además de recorrer el parque y el monasterio, los visitantes pueden asistir a exhibiciones de aves rapaces, disfrutar de rutas fotográficas y, en los alrededores, alojarse en el histórico hotel-monasterio.
Un Espacio para la Contemplación y el Disfrute
Con su mezcla de historia, arquitectura y naturaleza, el Monasterio de Piedra es un destino que invita a desconectar del ritmo frenético de la vida moderna. Aquí, cada rincón tiene algo que contar, desde sus muros antiguos hasta el murmullo del agua.

Este enclave sigue siendo un lugar especial que deja huella en todo aquel que lo visita, siendo un imprescindible para quienes exploran Aragón.
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