En la calle de las Hileras nº6 se sitúa este establecimiento, donde tienen a bien darte de comer platos tradicionales españoles.


Un espacioso salón en el sótano con una decoración sobria, muy al estilo castellano. Espacios generosos entre mesas. Muy buen servicio.

Antes de nada unas cervecitas. Unos tercios helados.

Los platos que hemos comido, todos al centro a compartir. Hemos empezado con jamón ibérico de bellota buenísimo.

Le ha seguido unos calamares a la romana perfectos. No se les podía pedir más. El calamar, muy bueno y de buen tamaño. Las rodajas en el tamaño adecuado y el rebozado perfecto. Con un chorrito de limón entraban de maravilla.

A continuación un chorizo asturiano a la sidra. Buenísimo y la salsilla resultante de la cocción del chorizo en la sidra daba para mojar una hora.

Y una patatas bravas como deben ser, con salsa brava (aunque parece que lleva tomate porque los colores de la foto no responden a la realidad) de verdad. De las mejores que me he comido en Madrid.

Un jugoso pulpo a la brasa ha sido lo último antes del gran segundo plato. Bien asado.

El segundo y gran plato de esta comida ha sido un cachopo. Un cachopo tradicional, nada de experimentos ni innovaciones. Como el restaurante, tradicional y punto.
Muy bueno. Muy bien hecho. Muy jugoso. Estupendo diría.
En conclusión: un restaurante muy recomendable.
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