EXPERIENCIA PERSONAL
De camino a Curitiba
Como habíamos comentado anteriormente, íbamos a dirigir nuestros pasos hacia Curitiba. Esta ciudad es la capital del estado de Paraná. Pero no sólo eso: en Brasil mucha gente nos dice que, realmente, Curitiba es la capital cultural de Brasil. Además de ser una de las mayores ciudades del país, concentra una gran población universitaria, es una ciudad con una gran influencia centro-europea y tiene un marcado carácter cosmopolita. Pero el motivo de este post (además de ser la introducción a los demás post de Curitiba de experiencia personal) es contar el camino seguido desde Joinville a la capital de Paraná.
Lo cierto es que desde el momento en que llegamos a Florianópolis, que fue la ciudad donde pasamos los primeros días en Brasil, hemos podido comprobar que, en el tema de carreteras, si te desplazas de Florianópolis en sentido sur, las vías empeoran considerablemente. Pero si te desplazas hacia el norte ocurre a la inversa: las carreteras mejoran claramente. Así que el tramo de Florianópolis a Joinville es bastante aceptable, pero el de Joinville a Curitiba es sensiblemente mejor. Es casi como una autovía europea.
A veces «casi» habla de pequeñas diferencias y, otras, el casi significa mucho. Os cuento: como podeis ver en la foto, el aspecto es prácticamente el mismo de una autovía europea, pero no hay una valla de seguridad que impida el acceso a animales, eso me pareció una locura en principio, habida cuenta de la fauna del país, pero, tengo que decir que, en las muchas veces que hemos transitado por la autovía, nunca he observado el cadáver de un animal en la calzada. Se me hace raro. Por otro lado, está el hecho de que el acceso no está prohibido a ciclomotores, bicicletas y viandantes (o carros con mulas), eso hace que, cuando estás en zonas cercanas a núcleos urbanos, te encuentres a incautos circulando por el arcén inconscientes del peligro que corren y del que hacen correr a los vehículos que circulan.
Hay otro hecho que me parece importante a la hora de circular por Brasil en autovía. Los cambios de sentido son al mismo nivel y se realizan accediendo por el carril izquierdo (el central, para entendernos), tanto para entrar como para salir. Eso implica un menor gasto en infraestructuras, pero es algo muy peligroso, teniendo en cuenta que la señalización es bastante deficiente en lo que a preavisos y avisos se refiere.
Visto desde la perspectiva del que está habituado, esta circunstancia implica que nadie en su sano juicio decide circular a velocidades altas por el supuesto carril rápido, porque se puede comer un camión con gran facilidad. Bueno, en resumen, que muy parecidas pero muy diferentes.
De Joinville a Curitiba hay un trayecto de aproximadamente 130 km, en los que vas bordeando o por las estribaciones de la «Serra do Mar«, una cordillera que, en su extremo sur, comienza aquí y se extiende hacia el norte más de 3500 km. Los paisajes son magníficos…salpicados -en este momento- de obras de mejora en las infraestructuras.
Cuando te vas acercando a Curitiba pasa como con tantas grandes ciudades, además del casco urbano propiamente dicho, existe alrededor una maraña de pequeñas poblaciones que tapizan de manera profusa el extrarradio. Lo que se conoce como área metropolitana. Parece una alfombra de viviendas de planta baja. Pero, lo primero que me ha impresionado ha sido el cambio de luz. La luz es mucho más intensa. Hay una mayor luminosidad que en el estado de Santa Catarina, aunque la temperatura (a pesar de estar más al norte, es decir, más cerca del Ecuador) es menor. Y al llegar a la ciudad…
Obras, como en todas partes, parece que es algo que persigue al hombre moderno. Y como en toda ciudad de Sudamérica (y también en muchas de Europa), vendedores de semáforo. Me asalta la duda de quién fue el descubridor de este canal comercial. Pero, creo que fueron argentinos.
Por fin, nos liberamos de obras y demás y accedemos al tramo final de entrada a la ciudad.
Por la ciudad de Curitiba
Pasada la entrada en obras (que era una entrada alternativa, también en obras) y con las reticencias propias de las primeras impresiones, nos encontramos de lleno en una gran capital. Ordenada urbanísticamente mejor que lo que hemos visto hasta ahora, limpia y luminosa.
Con calles cuidadas (especialmente en la zona centro). Con grandes edificios modernos (con sus cables aéreos, aunque menos que en las ciudades que hemos visitado hasta ahora.
Amplias calles peatonales en el centro histórico de la ciudad, muy cuidadas y limpias, con los suelos característicos de mármol haciendo el dibujo omnipresente en Brasil.
Los autobuses de tour turístico que tienes en todas las grandes capitales que hacen las delicias de los extranjeros de visita rápida.
Gran cantidad de edificios históricos, muy bien cuidados, así como las calles del centro, donde los parques y jardines están al más alto nivel.
Y donde conviven comunidades de origen muy diverso. En la foto inferior podéis ver una imagen de una importante sinagoga de Curitiba. En fin, una gran ciudad en todos los sentidos.
La zona universitaria
En muchas zonas de Brasil, Curitiba es considerada la capital cultural del país. Ese título, como es lógico, lleva parejo el hecho de disponer de una gran universidad. Solamente hemos estado en la zona, sin profundizar en temas. Hemos estado viendo de pasada el ambiente que se respira entre los estudiantes.
Sí hemos podido constatar que los estudiantes se lo pasan bien, como en todas partes, que hay ambientillo y que hay varios campus universitarios.
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