En realidad, lo que parece difícil, es posible en Madrid. Me refiero a que uno considera la imposibilidad de seguir encontrando churros y porras que merezcan que uno se desplace lejos. Pero la realidad es que me voy encontrando sitios buenos donde comer churros y porras.

El secreto es muy simple: cuando entras en una churrería y te dicen que tienes que esperar unos minutos a que salga el producto, es que te lo vas a comer recién hecho. Es decir, caliente y crujiente. Esa es la clave.

En este caso es en el barrio de Chamberí, en la calle Trafalgar 20. Ahí se ubica la churrería Hermanos Aguado. La última generación de una familia de churreros que empezó en 1920. O sea, tienen oficio. Antes de comerte un churro, piensas: bueno, eso es lo que dicen ellos, pero ya veremos.

Pero, sí. Efectivamente hay oficio. Hacen unas porras un poco más finas de lo habitual, sin llegar al tipo «tejeringo», muy crujientes y con muy buen sabor. De lo mejorcito.

Los churros muy buenos también, sin llegar a la matrícula de honor, pero muy ricos, calientes y crujientes.
Finalmente, en cuanto al producto, debo decir que tienen un buen chocolate. Me gusta.
El local es pequeño y acogedor. Se puede consumir en la entrada o en un saloncito interior muy bien dispuesto. La atención es excelente y el precio, razonable.

Tienen otros productos para desayuno o de confitería. Así como algunos productos envasados de aspecto artesanal.

Porras: 10. Churros: 8. Chocolate:8. Servicio: 8. Precio: 8.
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