En la calle de la Sierra Vieja 75, Vallecas, se ubica este establecimiento que está abarrotado de gente desayunando y gente en cola para llevar.

Cuando al entrar a un local de este tipo te encuentras esa situación, puedes ir pensando que lo más seguro es que valga la pena esperar un poco.
Y, ciertamente, así ha sido. Esta churrería presume de ser una de las más antiguas de Madrid. Comenzó su andadura en el año 1935, hasta hoy.
Como todo establecimiento que se precie tiene algo que lo diferencia: las llamadas ranas. Se trata de una evolución, bastante acertada de la tradicional porra.

Rana de la churrería Antonio de Vallecas.
Una porra que se saca del aceite a medio hacer, se abre por la mitad y la vuelven a freír. Después le añaden azúcar, canela y aroma de anís (pero muy poquito, no se hace pesado).

Además, claro, hay que hablar de lo que siempre hablamos: churros, porras y chocolate.

El chocolate muy bueno. Las porras, notables y los churros son los mejores que he comido en Madrid. De hecho, creía -antes de visitar esta churrería- que ya nadie iba a superar lo que había probado. Me equivoqué.

Aunque iniciara su actividad en 1935, el local está totalmente renovado, limpio y bien atendido. Los camareros muy amables y atentos.
Porras: 8. Churros: 10. Chocolate: 8. Servicio: 8. Precio: 9.
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