
Lejos de su churrería matriz, pero con un local precioso, tenemos esta churrería que -en teoría- transmite la tradición de la original.

Los churros son de los peores que me he comido haciendo este ranking. Son largos y suficientes en la ración, pero solo tienen bueno el aspecto. Están duros y se te pegan en los dientes. Un desastre, desde mi humilde punto de vista.

Las porras algo mejor, pero no demasiado. Son grandes, tienen buen aspecto, pero solo las catalogaría bien si me gustase la harina frita. Pero, no me gusta. Como bien saben en su matriz, hacer porras o churros es algo más que freír una masa de harina.

Estas porras han sido recién hechas (como los churros) pero están blandas y aceitosas (los churros no estaban aceitosos, solo duros). Por eso esto es incluso peor que si fueran recalentadas. Tuve la oportunidad de ver cómo lo hacían.
El chocolate es lo único que puedo halagar: muy bueno, de lo mejor.

Finalmente, el servicio muy malo. La persona que nos «atendía» es de lo menos diligente que he visto en este sector de los churros y porras. Muy desagradable.
Totalmente desaconsejable el sitio. Y como bien saben, no me gusta escribir sobre cosas que no me gustan. Así que hasta aquí.
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