
Situada en las montañas del Rif, al norte de Marruecos, Chefchauen es una de las ciudades (más bien un pueblo) más pintorescas y visitadas del país.

Famosa por el característico tono azul de sus casas, calles y escaleras, se ha ganado el título de la perla azul de Marruecos.

Su encanto reside en la mezcla entre tradición, naturaleza y un ambiente relajado que la distingue de otras urbes marroquíes.
Orígenes e historia
Chefchauen fue fundada en 1471 por Moulay Ali Ben Rachid al-Sharif como una pequeña fortaleza para resistir la invasión portuguesa.

Posteriormente, acogió a musulmanes y judíos expulsados de la península ibérica, lo que marcó su arquitectura y cultura.

Aún hoy, su medina conserva un estilo andalusí con calles estrechas, patios interiores y paredes encaladas en azul.
El enigma del color azul

Uno de los mayores atractivos de Chefchauen son sus edificios pintados de azul. Existen varias teorías sobre el origen de este color:
- Una tradición judía, que asocia el azul al cielo y a lo divino.
- Una práctica para mantener alejados a los mosquitos.
- Una simple costumbre estética que se ha mantenido por generaciones.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que este tono azulado crea una atmósfera única y fotogénica.
La medina y sus encantos
El corazón de Chefchauen es su medina, un entramado de calles empedradas donde abundan tiendas de artesanía, alfombras, tejidos y productos locales. Entre sus rincones más destacados se encuentran:

- La Plaza Uta el-Hammam, centro neurálgico de la ciudad, rodeada de cafés y dominada por la Gran Mezquita y la Kasbah.

- La Kasbah, fortaleza del siglo XV con jardines, un museo etnográfico y una torre desde la que se obtiene una vista panorámica.

- La Gran Mezquita, reconocible por su peculiar minarete octogonal.
Naturaleza y alrededores
Chefchauen también es un punto de partida ideal para los amantes de la naturaleza. Muy cerca se encuentra el Parque Nacional de Talassemtane, famoso por sus montañas, bosques de cedros y cascadas como las de Akchour. Senderistas y aventureros encuentran aquí un entorno perfecto para explorar.
Gastronomía y cultura
La ciudad invita a degustar la cocina tradicional marroquí: tajines, cuscús, pan recién horneado y el té a la menta, siempre presente. Pero lo que es más diferencial es su oferta de frituras de pescado y marisco, al más puro estilo español o andaluz.

Además, conserva un ambiente tranquilo en comparación con otras ciudades turísticas como Marrakech o Fez, lo que la hace atractiva para quienes buscan una experiencia más relajada.
Un destino inolvidable

Chefchauen combina historia, espiritualidad, artesanía y paisajes de montaña en un escenario dominado por el color azul y las pendientes.

Pasear por sus calles es sumergirse en una paleta de tonos celestes que hacen de esta ciudad un lugar mágico, perfecto tanto para viajeros interesados en la cultura marroquí como para quienes buscan inspiración y calma.
La experiencia personal

Lo primero que te pasa cuando llegas a Chefchauen es que te vas dando cuenta de lo empinado que es el pueblo. Porque lo podemos llamar ciudad, pero para mí es un bonito y empinado pueblo. Es tan empinado que cualquier cosa que se te ocurra hacer va a estar en pendiente (menos cuando bajas la plaza, en la que todo el tiempo que estés, podrás disfrutar de la horizontalidad).

Es un pueblo montaraz. Tanto como el más empinado de la Alpujarra granadina. Me puedo imaginar que los primero pobladores lo eligieron con el fin de defenderse de quien pudiera aparecer. Está claro que cualquier agresor forastero se lo pensará dos veces antes de meterse en líos en esa ladera.

A pesar de eso, tengo que decir que vale la pena visitar este pueblo azul de Marruecos. La gente es amable y simpática, la comida muy buena y el riad en el que nos alojamos muy bien.


Aquí hemos comprendido -incluso mejor que en Tánger– la importancia de los porteadores. El parking del coche es una extensión abierta y -por supuesto- muy inclinada con unos señores que cuidan de tu coche, incluso cubriéndolo con cartones cuando el sol pega mucho.

Una experiencia distinta teñida de azul y llena de gatos.




0 comentarios