
Casablanca. Foto de SpreeTom.
Casablanca, situada en la costa atlántica de Marruecos, es la ciudad más grande y económicamente más importante del país. Aunque su historia es relativamente reciente comparada con otras ciudades imperiales como Fez o Marrakech, Casablanca se ha consolidado como la capital financiera y el principal polo industrial de Marruecos. A través de su arquitectura, vida urbana y apertura al mundo, la ciudad representa el rostro moderno del país, sin dejar de lado su identidad cultural y su pasado colonial.

Casablanca. Foto de Antony Stanley.
Orígenes e historia
El origen de Casablanca se remonta a la antigua Anfa, una ciudad bereber mencionada por fuentes árabes ya en el siglo X. Este asentamiento fue un puerto comercial activo y un centro importante para los marinos y comerciantes del Magreb. A lo largo de los siglos, Anfa fue objeto de ataques y reconstrucciones, siendo destruida por los portugueses en el siglo XV y rebautizada como Casa Branca.
Tras siglos de abandono, el área fue revitalizada en el siglo XVIII por el sultán Sidi Mohammed ben Abdallah, quien favoreció la repoblación y el comercio marítimo. El nombre “Casablanca” fue adoptado oficialmente durante la dominación española y se mantuvo bajo el protectorado francés a partir de 1912.
Durante el periodo colonial, Casablanca se transformó rápidamente en una ciudad moderna, con infraestructura portuaria avanzada, planificación urbana racionalista y un fuerte crecimiento poblacional. Su dinamismo económico atrajo migrantes del interior del país y comerciantes europeos, convirtiéndola en un centro multicultural y cosmopolita.
Arquitectura: una ciudad de contrastes

Uno de los principales atractivos de Casablanca es su notable patrimonio arquitectónico del siglo XX, que refleja la fusión entre la arquitectura tradicional marroquí y los estilos europeos, especialmente el art déco, el modernismo y el neomorisco.

Plaza de las Naciones Unidas. Foto de Achalhikarim.
El centro urbano, especialmente en los alrededores de la Place Mohammed V, reúne edificios administrativos, teatros y bancos construidos durante el protectorado francés, con amplias avenidas, plazas abiertas y fachadas decoradas con motivos geométricos y detalles inspirados en la arquitectura islámica.
Entre los puntos arquitectónicos más destacados se encuentran:

Mezquita de Hassan II.
- La Mezquita Hassan II: inaugurada en 1993, es una de las más grandes del mundo y uno de los hitos más representativos de la ciudad. Construida parcialmente sobre el mar, combina técnicas tradicionales con modernas tecnologías de construcción. Su minarete de 210 metros de altura es el más alto del mundo, y gran parte del complejo está abierto al público no musulmán, lo que la convierte en una visita obligada.
- La Catedral del Sagrado Corazón: Un ejemplo de arquitectura neogótica con influencias art déco, construida durante el periodo francés y actualmente utilizada para exposiciones y eventos culturales.

Mahkama du Pacha.
- El barrio de Habous: También conocido como la «nueva medina», fue diseñado por urbanistas franceses en los años 1930 con el objetivo de recrear una medina tradicional adaptada a criterios modernos. Aquí se encuentran librerías, tiendas de artesanía, pastelerías tradicionales y la hermosa Mahkama du Pacha, un antiguo tribunal decorado con azulejos, estuco y madera tallada.
Casablanca como centro económico y cultural
Casablanca es el motor económico de Marruecos, al concentrar la mayoría de los bancos, oficinas de grandes empresas, fábricas y el puerto comercial más grande del país. También es sede de ferias internacionales, congresos y actividades comerciales de alcance regional.

En el ámbito cultural, Casablanca cuenta con una oferta diversa de museos, galerías, centros culturales y espacios de creación contemporánea. Aunque a menudo se considera una ciudad más enfocada en los negocios que en el turismo, en los últimos años ha comenzado a posicionarse también como destino cultural y urbano.

El Museo Judío de Casablanca, el único de su tipo en el mundo árabe, rinde homenaje a la comunidad judía marroquí, que jugó un papel fundamental en la historia del país. Otros espacios culturales como la Villa des Arts, el Teatro Mohammed VI y el Studio des Arts Vivants ofrecen una plataforma para el arte contemporáneo, la música y el teatro.
La vida urbana y la identidad contemporánea
Casablanca destaca por su ritmo de vida moderno y cosmopolita. Sus amplias avenidas, centros comerciales, cafés, restaurantes y vida nocturna contrastan con la imagen tradicional de otras ciudades marroquíes. La ciudad alberga una población diversa y joven, y es percibida por muchos marroquíes como símbolo de apertura, progreso y modernización.

La ciudad también ha servido como escenario para el cine y la literatura, siendo internacionalmente conocida por la película “Casablanca” (1942), que, aunque no fue filmada en Marruecos, ayudó a dar fama global al nombre de la ciudad.
Turismo: una oferta en expansión
Aunque Casablanca no es tradicionalmente el principal destino turístico del país, cada vez más viajeros deciden incluirla en sus itinerarios para descubrir un Marruecos diferente, más urbano y contemporáneo. Los principales atractivos turísticos incluyen:
- La Mezquita Hassan II, como atracción central.
- El paseo marítimo de la Corniche, con vistas al océano, cafeterías y acceso a playas.
- El Morocco Mall, uno de los centros comerciales más grandes de África, que ofrece entretenimiento, compras y gastronomía.
- Los zocos de la medina, donde puedes encontrar de todo y practicar el arte del regateo, obligado en Marruecos.
- El Antiguo Puerto y sus alrededores, con proyectos de revitalización urbana que incluyen restaurantes y centros culturales.
Asimismo, Casablanca es una base estratégica para explorar otras regiones del país, gracias a su conexión ferroviaria de alta velocidad (Al Boraq), el Aeropuerto Internacional Mohammed V y su cercanía a ciudades como Rabat y El Jadida.
La experiencia personal
Casablanca es una ciudad que conozco desde hace muchos años por motivos turísticos y laborales. Nuestra estancia en este momento ha sido corta y la hemos dedicado a varios temas.

El primero de ellos la visita a la Mezquita de Hassan II, que os describiremos en un post específico. El segundo, pasear por la medina e ir de compras por el zoco de la misma y, en tercer lugar, pasear por la ciudad y comer pescado y marisco, que también os describiremos en otro post al efecto.

Conclusión
Casablanca representa el Marruecos del siglo XXI: moderno, dinámico, urbano y profundamente conectado con el mundo. Aunque carece del exotismo histórico de ciudades como Fez o Marrakech, ofrece al visitante una mirada distinta, complementaria y reveladora de la diversidad del país.

Desde la grandiosidad de la Mezquita Hassan II hasta el legado arquitectónico colonial y la vibrante vida urbana, Casablanca se afirma como una ciudad de contrastes y oportunidades, donde la tradición y la modernidad conviven a orillas del Atlántico.
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