Al escribir este post, debo decir de antemano que estoy condicionado por la amistad que me une con el responsable de la cocina y con el responsable de la barra. No así con el propietario, porque no he tenido el placer de tratarlo.

En cualquier caso, este es un establecimiento muy peculiar y yo diría que hasta de culto. Según tengo entendido, la propiedad cambió hace bastantes años y no he tenido tampoco la oportunidad de conocer a los fundadores, pero parece ser que el propietario actual ha mantenido la decoración original y ha añadido su toque personal. Al menos, en lo que a objetos decorativos se refiere. Aunque debo reconocer que tampoco sé demasiado de ese asunto. Simplemente me gusta.

Pero, sí sé lo que veo cada vez que voy. La luz oscura de taberna antigua me es muy agradable. Es un local que siempre tiene gente, lo que te indica que algo bueno venden. A la hora de comer siempre hay cola.

Disco de platino de Ozzy Osbourne.
La decoración podemos describirla como ecléctica. Hay muchos elementos relacionados con la música.

Canción española, representada de manera más aparente por Manolo Escobar, a la que se suma el rock&roll con el rey Elvis Presley, el heavy metal con Ozzy Osbourne, Príncipe de las Tinieblas, el hard rock con Led Zeppelin y el blues con John Lee Hooker.

Otros elementos de gran profusión entre los adornos en paredes, estanterías y huecos varios es el cine. Fotogramas con dedicatoria, carteleras, objetos relacionados con el séptimo arte rellenan los huecos en cualquier parte del local. Charlton Heston y Gregory Peck te acompañan.

La primera vez que vas, creo que pasas más tiempo observando el entorno que tomando el aperitivo. Es un local realmente curioso. Tiene un techo con un fresco del dios Baco para que te sobrevuele la magia del vino (aunque luego tomes cerveza) mientras te encuentras allí. La cerveza la tiran muy bien.

Pero, en lo que se refiere exclusivamente a bar, hay algo importante de lo que hablar: las gildas. Si te gusta este aperitivo picantorro, tengo que decirte que -para mi- son las mejores que me he comido.

No tienen una apariencia tan bien presentadas como en el bar La Raquetista. Son más básicas. Son las mejor proporcionadas (las puedes comer de una vez, que es lo más agradable, sin ser pequeñas ni ahogarte en el intento). Pican lo que tienen que picar, ni más ni menos. Están hechas con piparras (bastante más finas), no con guindillas. Llevan anchoa y unas aceitunas bastante buenas.

Gildas en Bodegas Casanova.

Antes de pasar a otros asuntos relacionados con el comer, quiero contar una historia que me han contado sobre Bodegas Casanova. Según parece, algunas veces (pocas al cabo de año) se puede ver por el local a Billy Gibbons, el líder del grupo de rock americano ZZ Top, con su larga barba, su sombrero y sus gafas oscuras. Dicen que aparece porque tiene un apartamento en el barrio y, de vez en cuando, se deja caer por Madrid a pasar unos días.

Ahora sí, hablemos de comer. El cocinero -mi amigo Fernando- es un profesional como la copa de un pino. Ha conseguido que en Bodegas Casanova la gente de este barrio haga cola para comer. Por algo será. Ese es el mejor indicador de lo que allí ocurre. Mejor que mi opinión parcial de amigo.

Cocido madrileño en Bodegas Casanova.
Como todos los artistas tiene un carácter especial. Es una persona afable, pero con carácter, que ha sabido ofrecer un producto apreciado: cocina tradicional bien hecha y sin tonterías.

«Papas arrugás» con mojo picón en Bodegas Casanova.
Puedes comerte unas estupendas lentejas, fabada, cocido madrileño (dos vuelcos, la sopa, especial), unas «papas arrugás» con mojo picón y muchas cosas más. Todas buenas.
El local tiene, además de la zona de bar antes descrita, un pequeño saloncito para las comidas, agradable y como muy familiar.
Bodegas Casanova está situado en la calle Claudio Coello, flanqueando la entrada al mercado de La Paz.
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