El letrero de la puerta dice «café bar Naia«, pero todo el mundo lo conoce como «El Titi«. Este es otro de los que podríamos denominar como bareto de barrio.
Nunca ha tenido ni tendrá terraza, ni «covid» ni «no covid». Pero Antonio (el dueño del bar) consigue meter dentro del local en hora punta mucha más gente de la que cabría esperar. Sobre todo los viernes a medio día que obsequia a los asistentes con sus «tititapas» de la semana. Mientras te tomas un botellín o un vino puedes disfrutar gratuitamente de estos manjares. Realmente es generoso con los clientes, que nos deshacemos en elogios mientras nos ponemos como el kiko.

Panes con boina rellenos de morcilla de arroz, chorizo y otros manjares.

Patatas con alioli.

Fuente con encebollado.

Canapés de queso brie, pimientos fritos y salmón ahumado.
Está en la calle General Díaz Porlier casi esquina con la calle Ayala. Está muy bien de precio.
Fuera de los viernes con sus tapas, en el Titi cocinan todos los días diversos platos. Para tomar allí, en la barra o en el pequeño saloncito que tiene en el sótano (donde por la tarde suele haber partida de mus).
Las raciones son realmente grandes. Tienen platos que están muy buenos, como la sopa de ajo, el cachopo, etc.
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