Bahía de Babitonga, Santa Catarina, Brasil.

EXPERIENCIA PERSONAL En la Bahía de Babitonga se mezclan, en función de los caudales fluviales y de las mareas, las aguas del Océano Atlántico, las del caudaloso Río Cachoeira y…...

EXPERIENCIA PERSONAL

En la Bahía de Babitonga se mezclan, en función de los caudales fluviales y de las mareas, las aguas del Océano Atlántico, las del caudaloso Río Cachoeira y las de pequeños ríos que tienen sus nacimientos en las cercanías de la extensa bahía.

Vigorelli es una zona nada turística, es una de esas zonas donde llegas y no ves un sólo extranjero y rara vez a alguien de fuera de la zona. Es el Brasil profundo.

Se trata de una zona de pescadores donde a nosotros nos llaman «gringos» (no de forma despectiva, sino coloquial, como nosotros decimos «guiris» o «yankees») seamos de donde seamos.

Donde te puedes encontrar este «establecimiento» en el que no vi a nadie en todo el día. O te puedes encontrar el de abajo, que conforme se fue acercando la hora de la cervecita o el aperitivo se iba llenando de gente del lugar. El único foráneo era yo. Y, como suele ocurrir en estos casos, mucha gente mostraba curiosidad de saber qué estaba haciendo allí. Todo muy cordial. Pero con acompañante de la zona.

Nuestra visita a Vigorelli era para comprar marisco. En primer, lugar mejillón de río, que podéis ver aquí abajo.

Aprovechamos para probar antes de comprar. Como veis el aspecto es el mismo del mejillón de mar (que aquí también se cultiva en otras zonas), pero más pequeño. A diferencia del marino o del de río de zonas europeas, este no es una plaga y no se adhiere a rocas o puentes. Habita en el lecho de la bahía, en la arena o el lodo del fondo, y en el manglar o «manguezal». También teníamos la intención de comprar ostras, que de forma natural se encuentran en la bahía. Mientras degustábamos los mejillones, los pescadores pasaban a ofrecernos sus productos.

También buscábamos camarón blanco, pero la captura del día no era muy buena, así que rehusamos.

Por último búscabamos cangrejo del manglar. Pero nos dijeron que no tenían. Teníamos que ir a un poblado cercano a Vigorelli. Nosotros dedicamos el resto del tiempo a disfrutar del paisaje del lugar porque la luz en la Bahía de Babitonga tiene unos cambios impresionantes conforma avanza el día. Aquí os dejamos unas fotos.

EL CANGREJO DEL MANGLAR O CARANGUEJO DO MANGUEZAL

Cangrejo del manglar. Foto de CSIRO.

Este animalito lleva locas a algunas personas del área de Joinville, que los devoran con profusión. Lo bueno del asunto es que da igual cuantos coman. Hay tanto manglar repleto de cangrejo que, aunque lo intentaran, no podrían acabar con ellos. Salimos de Vigorelli de vuelta hacia Joinville. Como podéis ver la selva bordea la carretera siempre.

Para ir en busca del preciado animal y, con él en nuestro poder, pasar un último rato en Vigorelli. Este bicho es muy apreciado en esta zona especialmente. En otras se come más el «caranguejo siri«, otra variedad muy consumida en Brasil.

El manglar es una zona vegetal casi siempre cubierta por el agua.

Con muchos canales, por donde los pescadores de cangrejos se mueven diariamente.

Próxima al mar, donde desembocan grandes ríos, como el Cachoeira y, pequeños, de recorrido local, como el que veis abajo.

Están muy influidos por las mareas y cuando éstas bajan, los pescadores no usan barcas, se meten directamente, descalzos como veis a la pesca del cangrejo.

Aquí podéis ver otra foto del manglar en el borde del mar. A nuestra espalda está el paisaje de fotos anteriores.

Pero lo que nos movía eran los cangrejos.

Este animal, que hace las delicias de los joinvillenses, es pescado en el manglar especialmente con marea baja y ofrecido en establecimientos en medio de la selva con carteles publicitarios como éste.

Y se vende en envases como éste que veis. Es decir, en sacos reciclados de lo que pillan. Toda esta buena imagen de producto es lo que lo hace delicioso.

Se cocina como las nécoras, con agua y sal y se consume exactamente igual. Rompiendo y chupando. No es de carne tan fina como las nécoras pero es muy sabroso. La época buena de consumo coincide con el verano del Hemisferio Sur, que es cuando más carnoso se encuentra. Después se deja de consumir hasta el año siguiente.

EL MANGLAR COMO ECOSISTEMA

El manglar es un ecosistema costero que actúa como una zona de transición entre los biomas terrestres y marinos. Este término se refiere a áreas húmedas típicas de las regiones tropicales y subtropicales, ubicadas en márgenes de bahías, ensenadas, barras, desembocaduras de ríos, lagunas y recovecos costeros.

Mangle rojo. Foto de Jonathan Wilkins.

Son lugares donde las aguas fluviales se mezclan con el mar o están directamente expuestas a la línea de costa, influenciadas por las mareas. En estos espacios predominan especies vegetales características que forman un ecosistema complejo, en interacción con otros componentes de la flora y fauna.

A diferencia de las playas de arena y dunas, los manglares se desarrollan sobre sustratos de barro de formación reciente, con poca pendiente, y están sometidos al flujo diario de mareas con agua salada o salobre.

Fruto de Avicennia officinalis. Foto de Peripitus.

El término «mangle» también se utiliza para referirse a las especies arbóreas propias de este ecosistema.

El suelo del manglar

El suelo de manglar se caracteriza por ser húmedo, salado, fangoso, pobre en oxígeno y muy rico en nutrientes . Al tener gran cantidad de materia orgánica en descomposición , en ocasiones presenta un olor característico, más acusado si hay contaminación . Esta materia orgánica sirve de alimento a una extensa cadena alimentaria , como la de los crustáceos y algunas especies de peces . El suelo del manglar sirve de hábitat para varias especies, como los cangrejos .

Vegetación

Debido a la salinidad del suelo y a la deficiencia de oxígeno, las plantas halófilas predominan en los manglares , en las formaciones vegetales costeras o en las formaciones de lodo . Sus largas raíces halófilas permiten que los árboles se sostengan en suelos fangosos .

La vegetación de los manglares, al ubicarse en varias regiones, es amplia y muy diversa. Por tanto, estudiar su distribución es una tarea difícil para investigadores y estudiantes. Donde, las características de una región son diferentes a otras, dificultando su descripción, al verse influenciada por factores como la salinidad , el pH y el contenido de materia orgánica.

Los manglares se encuentran a lo largo de toda la costa brasileña , donde las principales especies arbóreas propias de este ecosistema son:

  • Rhizophora mangle (mangle rojo o mangle de zapato) – típico de suelos fangosos, con raíces aéreas uno de los manglares más resistentes
  • Laguncularia racemosa (mangle blanco): se encuentra en terrenos más altos, con suelo más firme, asociado con formaciones arenosas;
  • Avicennia schaueriana (mangle negro, canoa)
  • Avicennia germinans
  • Avicennia nitida
  • Conocarpus erectus (mangle botón)
  • Clusia fluminensis (batido)

La especie Laguncularia racemosa merece ser destacada por ser la única especie típica de manglar encontrada en el Archipiélago de Fernando de Noronha , en un solo manglar ubicado en la Bahía Sudeste.

INFORMACIÓN GENERAL SOBRE LA BAHÍA DE BABITONGA

La bahía de Babitonga, ubicada en el estado de Santa Catarina, Brasil, es un ecosistema único que combina belleza escénica, biodiversidad y un rico patrimonio cultural. Este estuario, el más grande de Santa Catarina, abarca aproximadamente 160 km² y está rodeado de una compleja red de manglares, islas y comunidades costeras que han prosperado durante siglos junto a sus aguas.

Geografía y características de la bahía.

La bahía se encuentra en la región norte de Santa Catarina, entre los municipios de Joinville, São Francisco do Sul y AraquarÍ. Su principal acceso al Océano Atlántico está en la ciudad de São Francisco do Sul, una de las más antiguas de Brasil, fundada en 1504. Babitonga está formada por un sistema de islas y canales, siendo hogar de más de 24 islas, muchas de las cuales están rodeadas de manglares que son esenciales para la vida marina local.

La diversidad de paisajes hace de la bahía un lugar atractivo tanto para investigadores como para turistas. Los manglares actúan como un hábitat clave para peces, crustáceos y aves migratorias, además de ofrecer protección natural contra la erosión costera.

La bahía tiene más de doce millas náuticas de largo y tres millas náuticas de ancho. Las profundidades varían de 12 a 20 metros. La barra que conecta la bahía con el Océano Atlántico, entre Ponta da Trincheira y Morro João Dias, tiene 1.500 metros de ancho y 15 metros de profundidad en promedio.

Su agua es predominantemente salada y puede presentar una disminución de densidad durante períodos de lluvias prolongadas.

Islas de la Bahía de Babitonga.

“Isla Alvarenga, Isla Araújos de Dentro, Isla Araújos de Fora, Isla Araújos del Meio, Isla globo, Isla Chico Pedro, Isla Clara, Isla Corisco, Isla Ferreira, Isla de Flores, isla grande, Isla de Itaguacu, Isla de los herederos, Isla Mandijituba, Isla de la fruta de la pasión, isla de la miel, isla mirto, Isla Negra, Isla de Pernambuco, Isla Queimadas, Isla Quiriri, Isla Redonda e Isla Rita.” Fuente Wikipedia.

 

Biodiversidad única

La bahía de Babitonga es un refugio para una gran variedad de especies marinas y terrestres. Sus aguas de estuario son ricas en nutrientes, lo que las convierte en un lugar ideal para la reproducción de peces, moluscos y otras formas de vida marina. Entre las aves, se pueden encontrar especies como garzas, ibis y flamencos, muchas de ellas migratorias.

Pelícanos en el manglar. Foto de Wilfredor.

Además, la bahía es un área de interés para la conservación debido a la presencia de manglares y pastos marinos, ecosistemas que desempeñan un papel crucial en la captura de carbono, ayudando a mitigar los efectos del cambio climático.

Historia

“Esta bahía estuvo habitada hace más de tres mil años por cazadores y recolectores originarios de Sambaqui, los hombres sambaqui .

En los siglos XV y XVI se registró la ocupación de la bahía por grupos tupí-guaraníes , llamados carijós , que se superpusieron culturalmente a aquellos grupos ancestrales sambaquianos de hace unos cientos de años. Los carijós, a su vez, no resistieron la dominación europea con el inicio de la ocupación portuguesa de la costa sur de Brasil. Sucumbieron a la esclavitud, las guerras, las enfermedades e incluso la aculturación, desapareciendo como cultura autóctona antes del siglo XVII.

En la orilla norte de la bahía se encuentra la localidad de Saí (en la grafía arcaica «Sahy«), que en 1842 fue escenario de experimentos sociales pioneros en el mundo – el Falansterio de Saí – organizado por el Dr. Benoit Jules Mure, que fue basado en las doctrinas de Charles Fourier.

En las orillas de la bahía, principalmente al norte, se encuentran importantes restos de la Mata Atlántica . La exuberante naturaleza hace de esta región un reducto visitado por los turistas. Un ferry conecta la ciudad de Joinville con la orilla norte. Uno de los pueblos de la ribera norte es Vila da Glória . Hay otros lugares a orillas de la bahía.

El Vapor Babitonga fue el primer medio de transporte marítimo motorizado de pasajeros y carga desde São Francisco do Sul hasta Joinville, entró en funcionamiento en 1878 y durante años fue un importante medio de transporte entre estas localidades.” Fuente Wikipedia.

Patrimonio cultural e histórico

La vida de las comunidades locales sigue estando profundamente vinculada a la bahía. La pesca artesanal y la maricultura (cultivo de mejillones y ostras) son actividades económicas clave. Además, la bahía ha inspirado un sinfín de manifestaciones culturales, como festivales, danzas folclóricas y gastronomía local basada en mariscos frescos.

Turismo y sostenibilidad

La bahía de Babitonga es un destino turístico cada vez más popular en Brasil. Los visitantes pueden disfrutar de paseos en barco por sus aguas tranquilas, explorar las islas, practicar deportes acuáticos como kayak y paddleboarding, o simplemente relajarse en las playas cercanas. También se organizan tours de observación de aves y visitas culturales en São Francisco do Sul.

Sin embargo, el crecimiento del turismo y la expansión urbana han planteado desafíos ambientales, como la contaminación y la pérdida de manglares. Por ello, se han implementado iniciativas para proteger el ecosistema, como programas de educación ambiental y proyectos de restauración de manglares. La cooperación entre las comunidades locales, las autoridades y los turistas es clave para garantizar que la bahía de Babitonga se conserve para las futuras generaciones.

Conclusión

La bahía de Babitonga es un lugar donde la naturaleza, la historia y la cultura se entrelazan de manera única. Este estuario no solo es vital para la biodiversidad local, sino que también representa una fuente de identidad y sustento para las comunidades que lo rodean. Proteger y valorar este tesoro natural es esencial para preservar tanto su riqueza ambiental como su importancia cultural. Babitonga es, sin duda, un rincón mágico de Brasil que invita a descubrir y cuidar.

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