Alojamiento en Fez. El riad de Omar.

Ya antes de llegar, la comunicación con Omar ha sido muy buena. Hicimos la reserva con dos meses de antelación aproximadamente y ha sido todo según lo acordado y previsto.…...

Ya antes de llegar, la comunicación con Omar ha sido muy buena. Hicimos la reserva con dos meses de antelación aproximadamente y ha sido todo según lo acordado y previsto.

Le avisamos de nuestra llegada al parking que nos había indicado y en breve llagó acompañado de dos porteadores para nuestros equipajes.

Tengo que decir que dejamos nuestros coches en un parking subterráneo, con el suelo de cemento desecho y más polvo que en el desierto. La anarquía aparente como norma de trabajo, pero finalmente nuestros vehículos aparcados. El precio a razón de 3 euros diarios (un poco menos que en Madrid). Al menos, ocho vigilantes dentro del parking y otros dos o tres en la puerta. Cada vez que se aparca un coche tienen que mover al menos tres. Es una especie de ceremonia de la confusión. Pero, a ellos les vale…

Sacamos nuestros equipajes y fueron cargados por los porteadores y fuimos en procesión todos, como en una expedición de las antiguas películas de Tarzán, hasta el riad.

La primera impresión son las callejuelas por las que transitas hasta llegar a la puerta de un edificio tan poco atrayente como poco interesante. Esto es algo muy de Marruecos. La fachada no anuncia lo que contiene.

Entramos en el primero de los edificios del riad e hicimos las cosas legales (registro, identificación, copias de pasaportes, etc). Y ya nos distribuyeron. Parte de nosotros nos quedábamos en ese edificio y otros íbamos al de enfrente.

En el que estábamos se trataba de un edificio clásico de riad: patio en el centro con luz procedente del último piso (tragaluz) y cada piso configurado alrededor de la luz del patio. Como podéis ver en las fotos, muy bonito. Nada que ver con la visión de la calle.

Pero, en mi caso, me toco en el edificio de enfrente. Por fuera (salvo la puerta que se ve muy nueva) nada hace indicar lo que hay dentro.

En la entrada, las paredes ya las ves recubiertas de azulejos zellige y te lleva hasta un patio central impresionante. El edificio está siendo estrenado por nosotros. No lo sabíamos. Pero, ha sido un gusto.

Ese patio central que, como en el otro, da luz a las diferentes plantas, tiene un espacio de asiento con mesa por si quieres desayunar o cenar ahí. Un espacio con su fuente en un lateral, cuyo sonido te hace la estancia muy agradable.

Y tanto contraste entre la calle y el interior, tanto en lo estético como en la temperatura. Había más de 10 grados de diferencia.

Todo es de un trabajo abrumador. Los azulejos, la madera tallada, las cenefas de escayola, las puertas policromadas. Todo.

Las habitaciones muy grandes y bien equipadas. Con aire acondicionado, baño perfecto. Aunque había algunos pequeños detalles que no les había dado tiempo a terminar, pero que no afectaban en absoluto a nuestra estancia.

Y hay que hablar de Omar. Todo un personaje. Grande en todos los sentidos. Físicamente, en cuanto a su carácter alegre y amable y en cuanto a lo servicial. Es un muy buen profesional que ha creado un establecimiento magnífico y lo gestiona muy bien. Además, es cuñado de un guardia civil español, lo que le ha ayudado a conocer la idiosincrasia nuestra.

Sólo puedo decir que es un sitio muy especial y muy recomendable. Muy buena gente.

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