Regentado por dos venezolanos, El Kiosko es un restaurante ubicado en la avenida Josep Tarradellas 153, a pocos metros de la plaza de Francesc Maciá. Esto es, una zona muy céntrica de Barcelona.

Decidí ir a comer allí por proximidad con el lugar donde tendría unas horas después una reunión de trabajo. Miré en el Maps y vi que tenía buenas referencias. ¿Por qué no?

Uno de los venezolanos me recibió con el bar vacío (y la parte de restaurante también) debido a que era muy temprano (incluso en Barcelona) para comer. Incluso un poco pronto para tomar el aperitivo. Pero me apetecía. Me mostró su variedad de cervezas (que no me gustó especialmente) y me decidí por una 1870. La única de las que había que era un poco de mi gusto.

Al cabo de un rato pedí ya algo sólido: una tortilla de camarones acompañada de una salsa parecida a una mayonesa. Muy buena.

A continuación unos tequeños de queso (como no podían faltar en un restaurante de unos venezolanos). Perfectos. Idénticos a los que he comido en varios restaurantes en Madrid. Me da que unos y otros los fabrica la misma empresa. No por ellos desdeñables. Imagino que la salsa la hace cada uno en su casa.

El trato he sido exquisito. Gente muy agradable y el establecimiento también.

Ya pasé a mesa, donde me pusieron de primero un tartar de atún rojo con un aliño muy caribeño, muy fresco y ligero. Me ha encantado.

Después unos saam de langostino en tempura. Realmente sorprendente. Ligero y crujiente, pero de sabor persistente y agradable.

De postre me decidí por un coulant de chocolate negro. Bueno bueno.
El chef tiene buena mano. La carta es variada. El producto es fino. Me gusta este sitio y lo recomiendo.

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