Murcia, conocida como la huerta de Europa, es una región española que destaca por su rica gastronomía basada en productos frescos y de temporada.

Entre sus platos tradicionales, el zarangollo ocupa un lugar especial. Este sencillo pero delicioso plato refleja la esencia de la cocina murciana: aprovechar al máximo los ingredientes locales y combinarlos de manera natural.
Origen y tradición

Zarangollo. Foto de El Mono Español.
El zarangollo tiene sus raíces en la dieta huertana de Murcia, donde predominaban las recetas prácticas y económicas. Este plato representa la unión perfecta entre los productos de la huerta y el ingenio culinario de la región. Se elabora con ingredientes básicos como el calabacín, la cebolla y los huevos, todos ellos abundantes y accesibles.
Ingredientes principales
El zarangollo no requiere de elaboraciones complicadas ni de una larga lista de ingredientes. Los componentes esenciales son:
- Calabacines: un producto típico de la huerta murciana, con un sabor suave y versátil.
- Cebolla: aporta un toque dulce y profundidad al plato.
- Huevos: los encargados de dar cremosidad y textura.
- Aceite de oliva: fundamental en la cocina mediterránea, resalta los sabores de los ingredientes.
En ocasiones, algunas variantes pueden incluir patatas, pero la versión clásica se limita a los tres ingredientes principales.
Preparación del Zarangollo

- Preparar las verduras: se cortan los calabacines y las cebollas en rodajas finas o trozos pequeños. Esto ayuda a que los ingredientes se cocinen de manera uniforme. Al calabacín se le quita la piel.
- Sofreír: en una sartén con aceite de oliva, se sofríen lentamente las cebollas hasta que estén tiernas y transparentes. Luego, se añaden los calabacines y se dejan cocinar a fuego medio hasta que ambos ingredientes estén bien hechos y ligeramente dorados.
- Incorporar los huevos: una vez las verduras están listas, se baten los huevos aparte y se agregan a la sartén. Se remueve constantemente para que se integren y alcancen una consistencia cremosa.
- Ajustar el punto de sal: se sazona al gusto, cuidando no excederse para respetar los sabores naturales.

El zarangollo debe quedar jugoso, pero no líquido. Se sirve caliente como plato principal, aunque también es ideal como acompañamiento o tapa.
El zarangollo en la cultura murciana
Este plato es mucho más que una receta; es una parte integral de las tradiciones y fiestas murcianas. Su sencillez y sabor lo convierten en un plato que puede disfrutarse en cualquier época del año. Además, representa la sostenibilidad y el respeto por los recursos locales, valores fundamentales de la gastronomía de la región.
Un Plato para Todos
El zarangollo es apto para quienes buscan una opción saludable, sencilla y deliciosa. Es bajo en calorías y rico en nutrientes gracias a sus ingredientes frescos. Además, su preparación es tan versátil que puede adaptarse fácilmente a diferentes preferencias dietéticas.
Conclusión
El zarangollo es, sin duda, uno de los mayores representantes de la cocina murciana y de la dieta mediterránea. Su simplicidad lo convierte en una delicia que todo amante de la gastronomía mediterránea debería probar al menos una vez. Esta receta muestra cómo, con tan solo unos pocos ingredientes frescos, se puede crear un plato lleno de sabor y tradición.
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