Comer churros y porras en Madrid (IX). Puesto de churros de la Calle Francisco Silvela con la plaza de Manuel Becerra.

Justo donde nace la calle de Francisco Silvela de la plaza de Manuel Becerra se enclava el puesto callejero de churros de La Madrileña D.G. Lo de ser puesto callejero…...

Justo donde nace la calle de Francisco Silvela de la plaza de Manuel Becerra se enclava el puesto callejero de churros de La Madrileña D.G.

Lo de ser puesto callejero ya tiene su mérito. Tanto tienes a un montón de gente con prisa que pasas dos horas o más sin que nadie vaya al puesto. Tanto tienes un sol asfixiante que un frío insoportable. Pero, siempre estás ahí, como uno de los monolitos de 2001 Una Odisea del espacio de Stanley Kubrick. Un signo de civilización.

He de decir que hace no mucho estuve en este puesto y me fui decepcionado porque no había nadie para atenderme. No me sentó nada bien. Uno siempre piensa que cuando va le van a atender. Pero, el mundo no gira en torno a tí.

Cuando hoy me iba acercando, iba viendo salir del puesto el humo del aceite hirviendo. Olía la fritura de los churros y me iba animando, pensando que hoy si habría alguien que satisficiera mis ganas de comer churros. Y así ha sido.

He podido ver que este puesto lo atiende una persona sola, lo que implica que, cuando necesita cualquier cosa relacionada con el puesto, debe ser él quien vaya a recogerlo fuera y lo traiga. Que, cuando hay que limpiar las mesitas altas de un lado del puesto, debe ser él quien lo haga. Que, cuando toca hacer churros o porras, debe ser el quien los haga. Que, cuando hay que hacer chocolate (o cualquier otra cosa para ir resumiendo), debe ser él quien lo haga.

Unos minutos de observación hacen que entiendas muchas cosas y tu posición sea más comprensiva.

Pero, yendo a lo que nos ocupa, las porras y los churros, calentitos. Recién hechos y crujientes, como debe ser. El chocolate a la temperatura adecuada.

Los churros me han parecido muy ricos.

Las porras estaban buenas de sabor, grandes y hechas en lazo, lo que me ha gustado mucho. Pero, tampoco han sido de las que más me han gustado. Quizás un poco aceitosas de más. Tampoco demasiado.

Los churros muy buenos de sabor. Incluso ya cuando estaban fríos, el sabor era muy bueno y crujían.

El chocolate, bueno de sabor. Normal. El vaso, de papel. No puedes esperar que sea una taza de porcelana, siendo un puesto de calle.

La atención, buena. Teniendo en cuenta que sólo está ese señor, diría que hasta muy buena.

En cuanto al local, es difícil decir nada. Es un puesto de calle. El entorno, amplio, sin duda.

Porras: 7. Churros: 8. Chocolate: 6. Servicio: 7. Precio: 7.

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